Como ya hemos visto en explicaciones anteriores, podemos encontrar dos tipos de motores según el tipo de combustible que utilicemos: gasolina o diesel. Pero, ¿cuál es la diferencia entre estos dos derivados del petróleo? En verdad, la distinción entre ambos no es muy grande. Todos los combustibles procedentes del petróleo están formados por hidrocarburos alifáticos (aquellos formados por hidrógeno y carbono), ya que proceden de la descomposición de seres vivos durante miles de años. Pero sí que es cierto que el diesel es más pesado que la gasolina porque tiene mayor número de carbonos al estar menos refinado y, por tanto, se evapora mucho más lentamente y tiene mucho más poder calorífico, por lo que "x" litros de diesel producen más energía que la misma cantidad de gasolina. Es por esto que el diesel nos permite hacer más kilómetros que la gasolina a menos precio. Otra de las diferencias es que el diesel es explosivo por sí mismo (solo hay que iniciar las primeras explosiones), por lo que no necesita una bujía en su motor. También es capaz de lubricar el pistón puesto que es bastante aceitoso, así que no tenemos que incluir ningún dispositivo que lubrique el motor con aceite.
Es muy importante tener en cuenta también las consecuencias medioambientales de cada uno de ellos. La gasolina produce mayor cantidad de dióxido de carbono porque así iguala la cantidad de diesel (del cual se requiere menos para hacer los mismos kilómetros), pero el diesel expulsa una serie de gases tóxicos para la salud, mucho más perjudiciales que el CO2.
En definitiva, la gasolina y el diesel son dos combustibles que, a pesar de sus diferencias, producen el mismo resultado en un motor: movimiento. Lo que sí es cierto es que dependiendo del uso que le vayamos a dar a nuestro coche, la correcta elección de un diesel o un gasolina puede marcar la diferencia, sobre todo en el ámbito del precio.
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