Es importante saber que, conforme usamos el coche, el aceite se va consumiendo, con lo que hay que tener controlado el nivel del mismo en el motor. Ésto se hace mediante una varilla que tiene unos indicadores (unas marquitas) que señalan el máximo y el mínimo nivel de aceite. Cuando sacamos la varilla del aceite, la varilla tiene que estar manchada entre las dos marcas. En caso de no ser así, tendremos que rellenar el depósito hasta que tenga la cantidad correcta. Hay que tener en cuenta a la hora de medir los niveles de aceite que el coche se encuentre en una superficie horizontal (si está inclinado, la muestra en la varilla variará mucho de la realidad de aceite que tengamos) y el motor esté frío (cuando el motor está caliente, el aceite se dispersa por todo el motor y hay mucho menos en el depósito del que realmente hay en el coche).
También puede ocurrir que aunque el nivel de aceite esté bien, el aceite en sí esté demasiado deteriorado y quemado como para poder seguir cumpliendo su función de lubricante, por lo que habríamos de cambiarlo también.
Para cambiar el aceite lo único que tenemos que hacer es desenroscar el tapón del depósito e introducir el aceite en caliente poco a poco hasta que el nivel sea el adecuado.
El cambio de aceite se hace abriendo un tapón en la parte inferior del coche y dejándolo salir en caliente. Luego se cierra ese tapón y se introduce el aceite nuevo (no hace falta que esté caliente) por el tapón superior, que está en el motor.
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