¿Helados o calentados? Ya sé, tiene poco sentido una entrada con ese título en un blog de tecnología. Pero seguro que el microprocesador lo entendería nada más leerlo. En esta entrada voy a hablar acerca de los distintos sistemas de refrigeración que permiten al microprocesador mantener una temperatura estable y no demasiado alta. Si estos inventos no existieran, el microprocesador no sería capaz de trabajar al rendimiento que lo hace ni tampoco duraría mucho tiempo sin fundirse.
De manera que podemos encontrar enfriando al microprocesador tres tipos de disipaciones:
- La disipación activa o por ventilador, en la cual un ventilador en contacto con el microprocesador (mediante una pasta termoconductora) evacua el exceso de calor producido.
- La disipación pasiva o mediante el uso de un radiador de cobre o aluminio que, como ocurría con el ventilador, se coloca encima del microprocesador y trasfiere el calor al aire. Cuanta más superficie presente el radiador, la evacuación de calor será mayor. La ventaja que tiene es que no produce ruido.
- Y la disipación mixta, que, como su propio nombre indica, mezcla los dos tipos de disipaciones en un solo mecanismo.
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